lunes, 12 de mayo de 2014

MARCO PROYECTO VULNERABLES

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domingo, 10 de abril de 2011

Medellín ante el mundo

"Ciudad de la eterna primavera".

Al lado del camino

Al lado del camino

Como complemento del sistema de transporte masivo del metro, y buscando reanimar social y económicamente uno de los sectores más deprimidos de la ciudad de Medellín, nace el Metrocable. Reconocido hasta enero de este año como el único teleférico del mundo con fines de transporte público, este proyecto atiende las necesidades de traslado y movilidad  de dos  sectores de la ciudad: las comunas, nororiental y centro – occidental.

El Metrocable empezó su funcionamiento en el 2004 y desde sus inicios, más que una forma de facilitar el transporte ha significado la integración de muchos de los habitantes de las periferias,  les ha permitido incorporarse a lo que años atrás para ellos representaba  un territorio desconocido e inaccesible: la ciudad. A pesar de que  lugares como Santo Domingo Savio, el Tambo, la Esperanza, Popular I y II, entre otros destinos del Metrocable, hacen parte de la aérea metropolitana, muchos ven estas poblaciones como diferentes, chocantes y hasta lejanas. Pero, esta no es una situación extraña, porque de la misma forma veían antes los pobladores de sitios como Andalucía a la ciudad. Todavía hoy, es común escuchar a personajes de estos barrios decir que “van a bajar a Medellín”, cuando ya están en ella.

Y es que la llamada Ciudad de la Eterna Primavera, más que un lugar de bellas construcciones y días soleados es también folclor, alegría, humildad y está llena de personas luchadoras que por diferentes motivos han tenido que padecer las secuelas de la violencia. Esta es la realidad “de los del otro lado” como despectivamente se hablaba de las comunas, nororiental y centro occidental.

Por esto mencionar  los beneficios que ha traído proyectos como el Metrocable es importante, la construcción de este cableado aéreo ha venido acompaña de la creación de zonas deportivas, comedores escolares, plazas públicas, espacios infantiles, mejora de andenes en torno a las  estaciones a las que llegan las tres líneas conocidas como la K, la J y la L; de las cuales cuelgan hasta cien cabinas con capacidad para diez personas.

Además de generar nuevos espacios a los públicos este sistema de transporte se ha convertido en una atracción turística en la ciudad y la comunidad de la zona se ha ido formando para ejercer como guías turísticos espontáneos.

Si vos bajas en una estación como Santo Domingo Savio, encontraras diferentes negocios donde te ofrecerán la mejor atención y te contarán amablemente la historia de este lugar. También podés ver la Biblioteca España, que es una enorme construcción que promueve la mejora del hábitat urbano. Pero, si tenés un espíritu más aventurero podés subirte a la línea L, creada en 2009 para permitir a los visitantes llegar al Parque Arví. Una reserva natural ubicada en el corregimiento de Santa Elena, donde podrás estar en armonía con la naturaleza, acampar o alojarte en alguno de los hostales.

Es así como el Metrocable de Medellín se ha transformado en uno de los proyectos más admirados a nivel nacional e internacional. Y aunque no puede decirse que es una solución definitiva a los problemas de transporte de las periferias, si es necesario resaltar que ha representado el inicio a una cambio social en la ciudad. 

Realizado por: Viviana Andrea Londoño




 









Medellín en escena



Medellín en escena

A simple vista la calle 47 parece ser una vía más de Medellín. Un poco angosta y con el pavimento agrietado se extiende con rapidez atravesando pleno centro de la ciudad. A sus costados se elevan numerosas construcciones, los tonos grises o azulados visten los edificios, la gente camina presurosa y el ruido de los autos que no cesan de pasar se torna estrepitoso y singular.

Entre susurros y gritos la 47 más conocida como la Bomboná es refugio de malabaristas, titiriteros, actores y mimos que con su talento día tras día buscan impresionar a los visitantes en su hogar, el Teatro Matacandelas.

Por fuera parece una casa más, con su techo de tejas de barro y sus paredes de tapia gruesa levantadas desde hace más de 50 años, esta edificación  se niega a ser demolida.
Una casa de piezas grandes, con una bodega abandonada y un largo callejón lateral en la que antes vivían las hermanas Ramírez es hoy lugar de grandes espectáculos teatrales. A la luz del día se pueden apreciar las anchas puertas verdes que  llevan al bar, de éste se observa un corredor que termina en la sala de teatro.

Matacandelas más que un escenario es un grupo de artistas que iniciaron su lucha en 1979. Sin experiencia y pocos recursos cinco jóvenes, motivados por la búsqueda de un mundo distinto, emprendieron este sueño que con el pasar de los años logró tomar forma y ahora tiene el reconocimiento de la ciudad.

En sus 31 años de prolífica vida, este colectivo ha producido 50 montajes y se ha convertido en escuela, taller y laboratorio. Tres de esas puestas han ido a Cuba en su Mayo Teatral, y se han convertido en sucesos: O marinheiro, La chica que quería ser Dios y Fernando González - Velada metafísica. Por esta última obra, Cristóbal Peláez actual director de Matacandelas obtuvo el Tercer Premio Nacional de Dirección  a     Montaje   Teatral.    Cristóbal reconoce que “era una deuda que tenía contraída con Fernando, quien ha sido una especie de padre nacional, 'un filósofo aficionado', como le gustaba llamarse”.

En Envigado se encuentra Otraparte, una casa museo que desde 2002 es centro de proyección cultural de la ciudad. Ésta busca difundir y preservar el legado espiritual y filosófico del maestro Fernando González Ochoa, a quien los matacandelas admiran no sólo por lo que plasmó en el papel sino también por su inquietante y enemistada vida, sin duda cualidades que impregnan cada rincón de lo que en un pasado fue su hogar, un recinto de enseñanzas disponible para todos, donde se vive el cine, la historia y el romance.

Y eso que aflora el galanteo de las noches y de sus personajes es el ambiente del lugar, su café con mesas al aire libre decoradas con velas que armonizan el espacio, logran cautivar a los visitantes que se pierden en la profundidad de los cielos estrellados, escuchando declamar poemas o narrar historias por parte de los convidados.

Es así como en Otraparte siguiendo los preceptos de aquel humorista se puede escuchar aún por los  corredores el eco de sus pasos y el golpe suave del bastón indagando la noche, sus palabras hondas y autenticas. Una casa que guarda el encanto de épocas pasadas y  espera ser visitada por todos los amantes del enigma.

Más que un teatro y un museo, estos dos lugares son Medellín en escena. Como decía el prosista García Lorca “son poesía que se sale del libro para hacerse humana”.  

Realizado por: Viviana  Andrea Londoño



Una sola voz



 Una sola voz


Acordes de guitarras, beats imparables,  rimas con sabor a cotidianidad;  tardes de sol, risas y baile, noches de lluvia, sudor y música, eso es Altavoz. Un mundo sin igual en donde todos vibran ante un lenguaje de sentimientos, donde todos se vuelven uno.

Apenas dan las 11 de la mañana  las puertas de la Cancha del Cincuentenario, ahora en mejor estado, se abren para dar paso a los miles de aficionados que esperamos con ansias desde tempranas horas a un sinfín de géneros, artistas y sonidos que nos brindarán un goce infinito a lo largo del día.

Una vez cruzas la puerta, te encontras con un espacio amplio, abrasado por un intenso sol que seguramente acompañará el resto de la tarde, para luego, como cada año ya casi que una costumbre; darle paso a una lluvia que parece eterna.  A tu lado, igual de emocionados, pasan jóvenes de edades similares a la tuya, con las mismas pasiones, ideales y sueños, o quizá, muy diferentes, pero todos ese día se unen en una sola voz para entonar aquellas canciones que nos hacen vivir.

Lo primero es ubicarse, te podes sentar en cualquier lado, cada uno de los asistentes se establece con mantas e incluso carpas para esperar a la jornada de júbilo que se aproxima. Mientras pasan las horas se habla, se canta, se come y se ríe. Luego, notas desafinadas empiezan a recorrer el aire con los ensayos de producción y sonido, lo cual te genera un recorrido de sensaciones que van desde tu cabeza hasta la punta de tus dedos. Hasta que llega ese momento.

Todos dejan sus puestos para reunirse en torno a aquel centro mágico; sentís que la sangre te tiembla, te inunda los huesos y quiere salir por cada uno de tus poros, no aguantas más, tu aire se corta y ni siquiera pasa entero por tu nariz, te agitas y tu corazón está a mil hasta que anuncian al primer invitado. 

Los gritos no faltan, la espera por fin ha terminado, y el sol ya un poco más relajado,  al compás de las guitarras, baterías, trompetas, bajos y voces; se balancea al ritmo de todas esas almas que al unísono entonamos diversas melodías que  llegan al alma. 

Ya dormido el sol, la luna llega para acompañarnos con su tierna y tenue luz, y no viene sola; viene con sus amigas las estrellas y con otra compañera más: la lluvia. Ahora el aire se impregna de agradecimientos, de maldiciones, de notas y de canciones. La música sigue inundando tu cabeza, tu cuerpo y tu espíritu como el  de cada uno de los 35.000 asistentes que recurren cada año a este festival. Cada sentimiento se refleja en ese baile original, en ese movimiento de cabeza o en ese tarareo incesante que cada persona vuelve suyo. Hasta que termina el día, dan las 12 medianoche, y luego de una entrega total por ambos bandos, de nuevo las puertas se abren, esta vez; para dar salida a aquellos que entregamos todo y que esperamos tanto, y que por fin, salimos colmados de vida y de alegría, asegurando que esa espera valió la pena y que el día siguiente traerá seguramente experiencias igual de plenas como la recién vivida, porque son tres días de furor musical  que contagian a la juventud medellinense y a todos aquellos colombianos y extranjeros que desean empaparse de talento local, nacional e internacional.

Ahora bien, este año la variedad es amplia en cada una de las categorías y esos tres días que están por llegar de seguro traerán consigo la satisfacción que cada octubre le brinda a los miles asistentes que hemos hecho de este festival un hábito, un compañero, un hermano. Este año, el rock, el punk, el ska, la electrónica, el hip hop y muchos géneros más nos estarán esperando a la orden del día con bandas como I.R.A, Lillith, Burkina, Deserción, Daycore; y un elenco de invitados internacionales de la talla de The Skalities y Robi Draco Rosa que harán todos juntos una versión inolvidable de este festival que nos espera con las puertas y los brazos abiertos sin importar edad, raza, sexo o procedencia; altavoz es una sola voz.  

Realizado por: Laura Cristina Marulanda


Siguiendo la luna

SIGUIENDO LA LUNA

Las cuatro fases de la rumba en Medellín

La noche está en todo su furor y en el cielo se puede apreciar la transición lunar. A esto de las diez de la noche comienza la fiesta en la ciudad de Medellín, las personas salen a las calles y entran a sus bares, discos y antros preferidos, la moda invade la cuidad que se viste de lentejuelas y se exhibe orgullosa de su gente, de sus mujeres hermosas y de su ambiente siempre tan musical, y finalmente, si miras al cielo, no lograras ver aún la luna, pues el ciclo de la noche apenas comienza. La luna nueva, la noche nueva. 
La noche nueva empieza en un espacio relajado, un espacio para que vos podas tomarte algunos traguitos y comer sin el afán que traen consigo las grandes discotecas, como se le dice aquí en Medellín, entrar en ambiente. 
Para comenzar como se debe, está Vértigo Hot Wings, un bar-restaurante que reúne personas de todas las edades, sus puertas están abiertas desde las horas del almuerzo. Es un lugar perfecto para ir a tomar unas cervezas mientras disfrutas de unas exquisitas alitas picantes o algunas de las otras delicias que la carta te ofrece, Vértigo está pensado para satisfacer a los más exigentes. La música está exquisitamente seleccionada para proporcionar un “ambiente rock”, pero sin despeinarse.  Se encuentra ubicado en un lugar completamente estratégico, sobre toda la 33 donde hay montones de bares, restaurantes, discotecas y fondas. Este lugar te ofrece la posibilidad de comer y luego a unos pocos metros de vos, escoger entre la gran variedad de lugares para tus gustos y estilos. 
Como dicen por ahí “barriga llena, corazón contento”. Después de una deliciosa comida, te encontrás listo para comenzar la rumba.
Para entrar en ambiente, que mejor lugar que un bar con música en vivo como lo es Arte Vivo, un lugar que te ofrece la tranquilidad de un rock callejero, de una balada pop o incluso un tango argentino. Justo en el antiguo sitio industrial de la ciudad, Barrio Colombia es una zona que te ofrece miles de espacios para pasar una noche de diversión, rumba y descontrol total. Apenas a las 11:45 p. m. comienzan a llenarse una tras otra las mesas de este entretenido y artístico establecimiento. 
Arte Vivo nos da paso a la luna creciente, la música te lleva a sentir cada fibra de tu cuerpo. Arte Vivo comenzó como un espacio dedicado a las personas con algún talento musical o teatral, poco a poco, se convirtió en centro de encuentro de los artistas callejeros de Medellín y reunía suficiente talento como para formar el elenco de una película al mejor estilo de Hollywood. Fue así como los dueños decidieron ampliar sus instalaciones, poner más mesas y abrir más espacio al público que suele concurrirlo.
Allí te podes tomar unos cuantos tragos mientras disfrutas, sentado en la barra, de una excelente puesta en escena.
Para eso de las 12:00 a. m. la fiesta comienza a despertar y las personas caminan afanadas con aire eufórico y ansioso, dando paso a la noche llena, donde podes ver la luna redonda que se extiende en el firmamento oscuro y profundo, que caracteriza esta ciudad que está rodeada de montañas que parecen ser la obra del mejor de los pintores. Las luces de la cuidad se vuelven mucho más fuertes y comienzas a compartir momentos de euforia con otras personas que están sintiendo algo muy semejante a ti. Medellín abre paso al folclor colombiano que está lleno de colores, bulla, alegría y parranda; cuando la noche comienza a despertar vos logras sentir como tu cuerpo se deja estremecer por el ritmo de la música, como hormigas que van subiendo por tus piernas, que  parecen obligarte a brincar y moverte de un lado para otro. 
Nuestro folclor da paso a que las personas disfruten de la noche en las famosas fondas: en Antioquia y el eje cafetero colombiano, una fonda es una estancia donde los arrieros hacían sus estaciones en sus largos viajes con las muladas, estos lugares servían de albergue y como expendio de aguardiente a los viajeros. En aquellas épocas se escuchaba la música guasca, música popular que contaba historias de amores o simplemente contenían letras costumbristas.
De esas fondas, hoy nos quedan lugares llenos de nuestra cultura, recuerdos de nuestros antepasados. Incluso llegas a sentir la necesidad de tomarte un aguardiente para quitar el frió o para tener más fuerza para seguir la “trocha”.
Las fondas son sitios alegres, no hay mejor lugar para encontrarte con la cultura rumbera de los paisas que una fonda. Situada en Sabaneta, un pueblo ubicado al sur de Medellín, se sostiene una casona de dos pisos con un balcón grande que da hacia la calle 77 Sur. Con un altar dedicado al personaje al que le deben su nombre, El niño Jesús, Dulce Jesús Mío es una acogedora fonda adornada con iluminación navideña, ese aire decembrino se puede percibir en los colores de sus puertas, ventanas, sillas y mesas.
Los meseros con trajes típicos, el licor, la música alegre y la buena vibra de una fonda es la mejor manera de cerrar este ciclo lunar y dar paso al siguiente, luna menguante.
Tipo 3:00 a.m.,  la fiesta en Medellín comienza a tomar otro rumbo muy diferente. La energía comienza a acabarse y es por eso que las personas comienzan a buscar ambientes más tranquilos donde puedan beber algún trago antes de dar fin a la rumba.
Abriéndonos camino por la 10, calle importante de la ciudad, llegamos al Parque del Poblado. Un pequeño bar reggae, sin nombre, se encuentra en la parte inferior del parque, al lado opuesto de la iglesia, entre varios restaurantes y otros cuantos bares de música crossover. Cuando ingresas a este bar comienzas a sentir como la música entra por cada uno de tus poros y hace que todo tu cuerpo se balancee lentamente al compás del ritmo.
Al fondo del bar están ubicadas, la barra de servicio y una pequeña ventanilla donde venden los Shots más baratos de todo Medellín. La variedad no es mucha, pero puedes tomar pequeños tragos de vodka, tequila y ginebra por 1.000 pesos. 
Cada trago que llega a tu cuerpo te hace entrar más en contacto con cada uno de los espasmos del sonido musical que armonizan el ambiente. Llegando a un ciclo de relajación, calma pero al mismo tiempo regresándote la energía para continuar la fiesta, a eso de las 3:30 a. m. la fiesta en Medellín ha muerto por completo y la luna ya desaparece del firmamento.
Los locales cierran, los meseros salen para sus hogares y miles de taxistas deambulan por la ciudad buscando alguno que otro pasajero que aún no haya terminado su ciclo lunar.

Realizado por: Susana Alzate Munera